Es más fácil, que un pecador ame a otro pecador, que un santo a un pecador.
El pecador comprende la imperfección humana. Sabe que no es perfecto y no pide perfección en el otro. Solo pide respeto y amor.
Pero el santo…
Exige perfección en su pareja. Porque es perfecto.
De forma contradictoria, las personas más imperfectas, son las que más insisten en cambiar a los demás. Compruébalo en tu círculo de amistades.
"A ese señor, si no fuese tan santo, sería más fácil convencerlo de que anda equivocado".
Santa Teresa
Las relaciones entre semi-dioses y humanos nunca han funcionado. En la Biblia, menciona cuando los ángeles bajaron del cielo y tomaron esposas entre los seres mortales. Y eso creó hijos que fueron conocidos por abusivos y malos. Y una enorme multitud de problemas. Esto es solo un ejemplo de los muchos que existen en la mitología, de que este tipo de relaciones no funcionan.
Y recuerda que los dioses están en el cielo, tu…
En la Tierra.
Si tienes actitudes de "santo" reconsidera tus circunstancias. Pon lo pies bien firmes en la tierra y toma conciencia de que también eres imperfecto. Y también puedes amar a un pecador. Porque no se ama lo perfecto. Se ama lo auténtico y verdadero.
Deja de seguir juzgando a tu pareja. Déjala ser y déjate ser.
Y tu…
¿Eres santo o pecador?