“Esta carta la escribo no por ti, no por mí”… Sino para ustedes: en realidad cuando hay problemas el ser humano vive sumergido en una atmósfera sin perspectivas para el presente inmediato, sin saber que hacer para deslastrarse de la secuela que lo agobia y lo separa del bienestar que merece como ser humano. Parece condenado por el sólo hecho de haber protagonizado una historia de ficción, que pasó por el más cruel tormento que se le puede infligir a ser humano alguno: La hostilidad, el suplicio de sentirse rechazado, sin rumbo, casi convertido en una sombra que pena por su verdad y clama no ser olvidado. Entonces se transita un camino triste vulnerado por el tiempo, después que por muchos años se consideraron los proyectos para soñar, anteponiendo siempre aquello de que “en el camino se arreglan las cargas”. Tratamos de aceptar que sólo nos queda un vacío, un silencio o un recuerdo muy vago y difuso de los momentos bonitos que se vivieron, para justificar el suplicio de la esperanz...
Circunstancias de la vida que nos motiven a hacer un alto en nuestra vida agitada para pensar en los valores reales que con tanta frecuencia tendemos a olvidar, palabras que nos orientaran a centrar nuestra atención en Dios y tener más vida interiorRecibe reflexiones diarias y recursos cristianos Gratis en tu email, Pensamientos y reflexiones biblicas sobre la superacion personal, motivacion Como tener mas felicidad y mejor calidad de vida.