Al despertar por la mañana, por la tarde, por la noche y antes de irme a descansar a mi lecho, me hago siempre la misma pregunta: -¿Quién soy?... No importa cuántas veces me lo pregunte, el oráculo es siempre el mismo: -¡Sólo soy un cúmulo de experiencias y emociones! Me detengo y pienso en mi respuesta y acto seguido me siento satisfecho de la misma, sencillamente es la respuesta más exacta, perfecta e idílica que se puede tener a tan excelente y ninfómana pregunta.
Te preguntarás ¿por qué? Bueno, te respondo a continuación: diariamente nos vemos sujetos a experimentar una serie infinita de emociones que pronto se tornan parte de la rutina y por consiguiente no nos percatamos de las mismas. Por ejemplo diariamente amamos, lloramos, sonreímos, odiamos, nos sentimos felices, nos desanimamos y nos sentimos solos, perdidos, abandonados y así un sinfín de sentimientos y emociones que forman parte de nuestras experiencias habituales como ir a trabajar, salir de paseo, conocer individuos nuevos y demás. Pero aun con todas estás emociones y experiencias acumuladas no nos sentimos seres completos.
¿Por qué? Porque el amar también conlleva odiar y el odiar es un sentimiento incompleto, porque el llorar intenta purificar el alma, pero aun así no existe alma pura, el sonreír muchas veces forma parte de una felicidad fingida y la felicidad es un concepto no una realidad y está a su vez es relativa, es decir, no existe nada absoluto. Así como cada emoción, sentimiento, huella, efecto, conmoción e impresión tiene su reciprocidad, así cada experiencia tendrá un renglón diferente a destacar, por ello será una nueva historia a redactar.
El mejor libro a escribir, será aquel que hable de nuestra historia. Nuestras crónicas son el cementerio de nuestras experiencias vividas, nuestros más temibles secretos, son las que nos definen, y por ello serán las que darán respuesta a la interrogativa ¿Quién soy?... esperaré con ansias el día en que calle el silencio, enmudezca la guerra y la vida nos sonría.
…Lo mejor de todo es que aun amanece gratis…
Sólo fueron unos minutos de inspiración, agradezco a Gaia (Madre Naturaleza) por permitirme conocer sus principios, virtudes y códigos que me permiten escribir mi historia con pluma de experiencias, y tinta de emociones e ideas. Agradezco a nuestro hermano Sol quién nos ilumina con su dorado resplandor y a nuestra hermana Luna quién nos baña con su plateado brillo... Saludos y besos bandoleros a esas almas faltas de una sonrisa y amorío de contrabando.