Según Wikipedia, la fuerza es aquella magnitud física que mide la intensidad del intercambio de movimiento entre partículas.
Intensidad.
¿Cómo cambiarían los resultados si en su ejercicio se aplicara en mayor magnitud? ¿Cuántas veces la hemos echado a un lado por miedo a fracasar?
Me encontraba con varios amigos en un lugar muy común entre nosotros. Se trata de una calle normal, en el lado de un parque pequeño, en una zona poco urbanizada, pero, hace ya cinco años, encontramos su encanto en mitad de su sencillez y marcamos nuestra zona.
Acababa de aparcar la moto, entusiasmada, abracé a ¨canela¨, la cual, con una copa en la mano vacilaba, lo que me llevó a mirar el reloj, marcaba las 20:30, excusa perfecta de la sonrisa que saqué mientras le miraba. Seguidamente quise aprovechar cada minuto con ellos, escuchaba, comentaba, daba cariño, intentaba divertir... etc. Pero, entre todos mis actos había poca cohesión. Mi objetivo era pasar un buen rato, de eso no tenía duda pero, ¿era una necesidad?, ¿era una realidad? o ¿era una nueva obsesión? Quedar bien, disfrutar, olvidar, aislarme, dejar de pensar...
Pasaron tan sólo quince minutos, cuando ¨joker¨ me dijo: ¿necesitas hablar? De repente, mi expresión cambió totalmente, se dio cuenta, y directamente, me indicó el camino para apartarnos un poco del grupo y estar más cómodos. ¿Por dónde te quedaste? dije, y seguidamente, mantuvimos una conversación preciosa.
Al principio, nos centramos en mi pero, llegó un momento en el que ¿tú que tal? salió de mi boca y fue ahí cuando unas palabras suyas inevitablemente retumban en mi cabeza desde entonces: ME gustaría dejar de sentir, me dijo. ¿Cuántos malos ratos nos ahorraríamos? ¿Cuantas lágrimas tontas? ¿Cuántas horas perdidas? Estaría bien despertarte una mañana y no mirar el móvil pensando que esa noche aquella persona especial te podría haber escrito el mensaje que marcaría vuestra relación. Estaría bien mirar el reloj cuando marquen las 00:00 y no pedir siempre el mismo deseo. Estaría bien apagar el modo alerta cada vez que él se encuentra en el mismo local que tú.
Y ahora dime, ¿cómo sería tu vida si no tuvieses una razón? una razón por la que mirar el móvil ilusionada, una razón por la que ponerte guapa, una tonta razón por la que temblar, cambiar, vivir. Una razón para que la intensidad nazca en ti. Cuando vives con ella, brillas, creces y te llenas. Y a veces, sólo hace falta estar saciado para que el desierto no se cree en ti. No bebas sin tener sed, ni ames sin querer amar. Vive desde el amanecer hasta la madrugada con la intensidad elevada a niveles insospechados, te darás cuenta que aquel desierto, en el que crees estar inmerso, esta lleno de oasis. Oasis en los que poder descansar, parar, pero sobre todo, saciar tu sed.
Por ello, hay que estar siempre atento y con ganas de refrescarte de cualquier persona que tengas al lado. Son esos mínimos detalles los que iluminan, sin darnos cuenta el camino hacia la plenitud y la fuerza. Se dice que gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en lugares pequeños, son capaces de cambiar el mundo. Y es entonces, cuando yo os digo, la fuerza, la principal creadora de intensidad, ¿pero la fuerza? ¿De donde la sacamos? He aquí mi conclusión, breve pero cierta. La fuerza se crea de la unión. Volvemos entonces a un triángulo del que es incapaz salir, fuerza, intensidad, unión, fuerza, intensidad, unión…
La unión se crea con un fin lógico y es, llenar los lugares solitarios del corazón del otro. Es entonces cuando, me doy cuenta de la importancia de ésta. Yo vivo por algo que me mueve, algo que rellena éste triángulo, una ilusión, una esperanza, un querer, que me lleva a un viejo dicho: Y es que querer, es poder. Sólo me aseguro de querer cuando tengo razones por las que hacerlo, una fuerza intensa que me lleve a ello y un apoyo que se una a mí y me ayude a conseguirlo. De ahí la importancia de él, la importancia de ella, la importancia de ellos.
Si un simple ¿necesitas hablar? ¿Un que tal? O una vacilada de amigas como ¨canela¨ es el requisito para llegar a la plenitud y felicidad de alguien, ¿como no voy a ser capaz de centrar toda mi atención en ellos? Sé que algo quiero, sé que con ellos puedo. Razones para creer en la intensidad no me faltan, detalles que te llenen de fuerza os asombran día a día y siempre hay gente a la que regalar un abrazo. ¿Dejar de sentir? No soy capaz de planteármelo.