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Entre la luz y las tinieblas



No sé si sea válido insertar dentro del espacio reflexiones bíblicas, un libro que tiene un fondo de alguna manera bíblico. Siete años después de la muerte de mi esposa, víctima del cáncer, comienzo a experimentar una impactante serie de visiones, las cuales provocan en mi mente terribles alucinaciones. Me veo transportado a un mundo etéreo llamado “El Mundo de la Luz”, en el cual las interrogantes sobre la vida y la muerte tienen respuesta. En ese extraño y alucinante lugar, sostengo una cita de ultratumba con mi extinta cónyuge, quien después es arrebatada por los llamados espíritus oscuros, y llevada al “Mundo de las Tinieblas”, que representa el infierno.

Tras el concluyente auxilio de una extravagante y misteriosa mujer, y asistido por diversos personajes fantásticos, especialmente uno -que conoce muy bien los recónditos lugares del abismo negro- desciendo hasta las entrañas mismas del averno con la intención de salvar el alma de mi amada; la cual estaba cautiva y a punto de ser sacrificada por el demonio que dirigía ese infernal holocausto. Como consecuencia de la tragedia que se origina allí; “Abaddon, el Ángel del Abismo”, le declara la guerra al Mundo de la Luz. “Mikeiel, el Príncipe Exterminador”, responde a la amenaza del dios oscuro.

Entonces, se personifica una sangrienta y feroz batalla entre el “Ejército de las Sombras” y las “Tropas de la Luz”. Lucha sorda y enigmática, atroz y sanguinaria, donde las hostilidades alcanzan proporciones abrumadoras, con impresionantes estragos en ambos bandos. Esta angustiosa experiencia, de alguna manera proyecta la imagen de lo que podría llegar a ser la conflagración en el llamado “Apocalipsis”.

El propósito de este libro, es que pueda servir como un mensaje de alivio y aliento, a todas aquellas personas que han sufrido la pérdida de un ser amado y que ya no está presente; pero que se materializa en la mente y en el corazón, con el excelso y sublime material del amor; lazo divino e indivisible, que redime nuestra existencia, nos reconcilia con la vida, y nos une con la eternidad.

Sabrán entonces que existe una posibilidad real de volver a verlo, porque los seres queridos son los que forman el comité de recepción para acoger en el Mundo de la Luz a los que han muerto. Que sus seres queridos los están esperando, que no se han olvidado de ellos, que los siguen amando, y que en ocasiones vienen a visitarlos a este mundo a través de los sueños, para dejarles un mensaje de aliento y amor…
Este es el preámbulo del libro.
Entre la luz y las tinieblas.
preámbulo.

En la oscuridad de un mundo macabro, desordenado y absurdo, destierro eterno de los ángeles caídos, cuya luminosidad cambiaron por la oscuridad, crepúsculos donde no acude ningún código y ninguna justicia, y la gracia y el perdón no existen ni para ellos mismos; se personifica un duelo entre entidades que desde el principio de los tiempos han sido antagónicas. Un conflicto que va más allá de la imaginación.

Lucha sorda y enigmática, atroz y sanguinaria, donde las consecuencias de los actos no son marcadas como resultado de las acciones, sino como trascendencias, rastros de nuestro acontecer y que ahí tienen su ultimátum. Pero al mismo tiempo, es el umbral y la consumación de un círculo interminable entre el bien y el mal, la vida y la muerte, la luz y las tinieblas.

Desorden eterno en donde el caos adquiere un orden siniestro y constante en beneficio de quienes lo provocan, con visiones apocalípticas, desgarradoras, donde la crueldad y el salvajismo trazan la historia de ese infernal holocausto, en que la condena, la tortura y el sufrimiento de las almas son indescriptibles. Un sorprendente viaje a lo desconocido, a lo sombrío, a lo inexplorado; mirando lo extraordinario a través de ojos ordinarios, producto de una inquietante metamorfosis entre las horas de vigilia y las horas de reposo, humedecidas por el entristecido sentimiento de nostalgia del ser amado que ya no está presente.

Dicha combinación produce el relato que tienen en sus manos. Narración que recoge atropelladamente y a borbotones, todo lo que la memoria ha podido almacenar como consecuencia de una continua y pertinaz sucesión de imágenes, alucinaciones y fantasías; sucesos acontecidos en un mundo más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, de ese mundo misterioso y sobrenatural que separa a los que todavía pisamos la redondez, de los espíritus desencarnados que avanzan flotando con los pies descalzos; entre la luz y las tinieblas.

En las fronteras de la conciencia, donde se producen fenómenos que van más allá de la experiencia común; todo es alucinaciones y oscuros laberintos de evidentes enigmas; y todo ello está consumado en un tónico confuso, alucinógeno, secreto extracto de colosales dramas; grito y lamento, gemido y dolor, sangre y lágrimas, agua y oscuridad. Imágenes perturbadoras crepitando alrededor de la mente con su febril apetito; ¿dónde está la luz?

Soy un creyente en las cosas de Dios y sus propósitos, aun cuando algunos de ellos no los entienda. Invariablemente he creído que hay vida después de la vida, y que la muerte es sólo un tránsito hacia otra latitud, hacia otra dimensión, pero nunca lo tuve más claro que cuando soñé esta curiosa aventura y me decidí a escribirla. Este libro es el resultado de las visiones de esos locos sueños, visiones terribles desarrolladas principalmente en el alma, las cuales me vi en la necesidad de narrarlas, no como las percibí exactamente, pues como lo apunta Adolfo Anguiano Valadez, creador de la “Teoría general del origen de los sueños”:

“Muchas veces los sueños están llenos de simbolismos e imágenes muy disparatadas, absurdas y difíciles de entender, y, más aún, los llamados sueños en serie, los cuales no suelen darse con asiduidad, es decir, con frecuencia, con puntualidad, como en las series de televisión o las telenovelas, donde el nuevo testimonio toma la trama en el lugar mismo en que la abandonó el anterior…”

La experiencia que se narra aquí fue desgarradora. Toda una serie de producciones confusas y oníricas, como las catalogan los tratados sobre los simbolismos y mensajes ocultos de los sueños. Son pequeñas vivencias que fui hilando y remendando; conectándolas de alguna manera, para darles una congruencia y un orden que me permitiera escribir este libro. Es pues, una historia fantástica, un verdadero juego de imágenes mentales.

Lo que relato en estas líneas, todas ellas escritas de noche por razones de tiempo y de trabajo, con la inquietud y el nerviosismo corriendo por mente y cuerpo, algunas veces escuchando voces, y otras sintiendo la presencia de seres extraños a mi alrededor, a cada golpe de teclado de la computadora, a cada letra, a cada palabra, a cada párrafo, a cada hoja, a cada capítulo, me han hecho pasar noches en vela, noches de terribles pesadillas con los ojos abiertos, asustándome hasta de mi propia sombra y asaltándome toda clase de horribles figuraciones, al grado que hasta me he sentido enfermo; y que algunos dicen que es el presagio de la locura.

Es tal vez una historia como puede haber tantas, la única diferencia, es que está inspirada en una serie de sueños tan reales, tan “lúcidos”, que me parece imposible que haya sucedido. Pero es la verdad, una aguda verdad que nos enseña, al menos lo hizo conmigo, que la vida realmente no termina con la muerte, pues ésta no es tal, es sólo un paso hacia otras latitudes, otras dimensiones que necesariamente tendremos que transitar para alcanzar la promesa de la vida eterna.

No puedo describirlo de otra forma. Contiene, de alguna manera, las respuestas a las miles de preguntas que me abrumaron desde el momento en que mi adorada esposa dejó este mundo, y se integró a ese “otro” donde la mente humana no tiene la capacidad suficiente para entenderlo, pues pertenece al ámbito de lo divino y lo sobrenatural.

Es por eso por lo que esta historia es el relato a “ella”, porque ella fue la principal protagonista, aunque nunca me reconoció como su amante esposo, pues ella siempre creyó que yo era otra persona. Por ahora, basta decir que algunos de los argumentos que encontrarán en él, desgajan los esquemas establecidos en cuanto a lo que sabemos por tradición popular, lecturas u otros medios, acerca de lo que es el cielo y el infierno, y qué es lo que hay después de la muerte. Este libro es, por tanto, una crónica de ultratumba, una monstruosa trama que desafía los límites de la imaginación.

Un curioso compendio de un viaje al más allá, un desplazamiento alucinado hacia las fronteras de lo ignorado en las tinieblas aterradoras de los oscuros y sobrecogedores abismos, que al explorarlo, aunque sólo sea en visiones, nos muestra que lo oculto y desconocido no lo es tanto, lo que sucede es que permanece adormecido en los rincones de nuestra conciencia, y es en los lienzos de los sueños cuando vuelve a despertar, para enseñarnos que la vida es una configuración dentro de otra que nunca termina, porque es el sueño que Dios sueña para darnos vida eterna.

Esta es una verdad que ya conocíamos, pero que hemos olvidado totalmente en la confusión de las figuraciones de nuestra mente. Este es el deja vu. Lo digo yo, que he estado en el infierno y en el paraíso y lo sé. A muchas personas les he platicado sobre mis sueños, y algunas me han preguntado: “¿Crees en todo lo que soñaste?”; y yo les tengo que decir que sí, porque dentro de toda esa aparente locura o alucinación, hay una descarnada verdad:

La vida no termina con la muerte, la vida continúa hasta llegar a los máximos grados de virtud según los niveles de gracia y misericordia de Dios. Otras me han dicho que lo que soñé son imágenes que predicen el futuro que a todos nos espera, símbolos de universos paralelos de que habla la teoría cuántica. ¿Qué les puedo responder? ¡Qué no lo sé!

Y si después de leer este libro, opinan que todo lo que está escrito en él, es sólo una cadena de avatares categorizados caprichosamente en la imaginación como realidades, una dudosa aventura de la fantasía, y que nada de lo que se dice es cierto; lo acepto. Admito todas las críticas y comentarios contradictorios derivados de su lectura, pues carezco de los argumentos suficientes para demostrar que todo es realidad. Este no es un libro de razonamiento incuestionable o fanático, y todo lo que se exprese de él, objetivo o contradictorio, es válido. Sin embargo, recuerden que toda leyenda tiene un fundamento de verdad.

Entre la Luz y las Tinieblas está nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Es por eso por lo que decidí escribir este libro dándole ese título, buscando quizás, que si es compartido por otros que también han perdido a su pareja, o algún ser muy querido, sepan que a pesar de la tragedia siempre hay una luz que guía a las almas, y un halo protector que las resguarda del mal.

Si todos compartimos estas reflexiones el dolor será menor, pues a pesar de que este tipo de sueños nos acobarda y atemoriza, siempre hay detrás de ellos una esperanza de amor que vence cualquier maligna acechanza; ¡Esa es la promesa de Dios! Dice Howard Phillips Lovecraft, que la emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.
Somos ángeles y demonios a la vez.

En nosotros reside un impulso divino, pero también un impulso maligno, depende de nosotros (y sólo de nosotros), decidir cuál de esos impulsos queremos que sea el que sacuda nuestra voluntad. Agradezco mucho que se dispongan a leer este libro, ojalá que lo encuentren interesante y ameno, y que lo disfruten. Y si fuese así, entonces permítanme pedirles un gran favor:

Cuando lo terminen, comenten estos sueños con sus familiares y amigos e intercambien puntos de vista acerca de su contenido. Quizá alguno de los sueños les defina algo, los llene de paz y fortifique su espíritu, pues para eso fueron escritos. Y entonces, quizá, ya no seré yo el único que se pregunte: ¿A poco es cierto?



Colaboración de J. D. Elythier
México

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